Dos investigadoras italianas estudian fármacos contra el cáncer de mama en Covid-19

Una vez más, asistimos a un éxito femenino:

“Resultado clínico de la infección por SARS-CoV-2 en pacientes con cáncer de mama y ovario sometidas a terapia antiestrogénica” es la investigación de Monica Montopoli y Arianna Calcinotto, investigadoras de la Universidad de Padua). Esta investigación se ha publicado en la revista “Annals of Oncology”. Este análisis demuestra cómo los fármacos SERM (Moduladores Selectivos de Receptores de Estrógenos) serían eficaces para contrarrestar la infección por el SARS-CoV-2 y el posterior desarrollo del virus.

Varios estudios han informado de una mayor susceptibilidad de los hombres a desarrollar una enfermedad respiratoria grave tras la infección por el coronavirus del síndrome respiratorio agudo severo 2 (SARS-CoV-2) en comparación con las mujeres. Para explorar la implicación de la regulación hormonal en los resultados clínicos de la enfermedad por coronavirus-2019 (COVID-19), se evaluaron las infecciones por SARS-CoV-2, los ingresos hospitalarios y las muertes en mujeres afectadas por cánceres hormonales (HDC) y tratadas con terapias antiestrogénicas (AET).

De 51 060 mujeres (edad media: 56 años) sometidas a pruebas de infección por SARS-CoV-2 entre el 22 de febrero de 2020 y el 1 de abril de 2020, 2478 tenían un historial clínico de neoplasia (4,9%), incluyendo 926 cánceres de mama y 60 de ovario. Las mujeres afectadas por cánceres (331/2478) tenían una prevalencia de infección significativamente mayor que las pacientes sin cáncer.

El estudio, realizado en estrecha colaboración entre el VIMM-Universidad de Padua, el Registro de Cáncer del Véneto y el IOR de Bellinzona, examinó una población femenina de 51.060 mujeres sometidas a pruebas de infección por el SARS-CoV-2 en la región del Véneto.

El estudio sugiere, por tanto, un efecto off-target desempeñado por los SERM que podría implicar una alteración del mecanismo de fusión entre el virus y la célula huésped, identificando un posible uso clínico en el tratamiento de los pacientes con COVID-19.

Este hallazgo, en consonancia con el reciente descubrimiento desarrollado por el consorcio público-privado Exscalate4CoV, financiado por la Comisión Europea en el marco de la convocatoria Horizonte 2020 -que predice la eficacia del raloxifeno como posible fármaco contra el COVID-19-, deberá ser validado en mayor medida en una cohorte de mujeres infectadas por el SARS-Cov-2 y ajustado a múltiples variables.

Las pacientes con cáncer desarrollaron afecciones más graves y requirieron hospitalización en el 49,5% de los casos, frente al 26,5% de las mujeres sin cáncer. Durante el seguimiento del estudio, murieron el 19,3% de las pacientes con cáncer frente al 7,3% de las que no lo tenían.

En comparación con las mujeres sin cáncer, las pacientes afectadas por el cáncer de mama tenían un mayor riesgo de hospitalización y muerte. El 90,6% de los pacientes con cáncer positivo al SARS-CoV-2 estaban afectados por comorbilidad, frente al 47,8% de los pacientes sin cáncer. La enfermedad cardiovascular fue la más frecuente (39,9% de los pacientes con cáncer y 28,4% de los no cancerosos) junto con la enfermedad respiratoria (33,2% y 19,1%, respectivamente).

Cuatrocientos ochenta y tres pacientes afectados por HDCs recibían AETs. La prevalencia de la comorbilidad fue aún mayor entre las mujeres sometidas a TEA (94,2%). En concreto, 198 pacientes fueron tratadas con moduladores, degradadores o desreguladores selectivos de los receptores de estrógenos (SERM), de las cuales 16 estaban bajo terapia de supresión de la función ovárica (TSO). Trescientas treinta y cuatro mujeres estaban en tratamiento con inhibidores de la aromatasa (IA), de las cuales 16 estaban también en tratamiento de supresión de la función ovárica (TSO), y 48 mujeres estaban en tratamiento con agonistas de la hormona liberadora de luteína (AL) (16 estaban también en tratamiento de supresión de la función ovárica).

Se encontró positividad para el SARS-CoV-2 en 14 mujeres bajo tratamiento con SERM (7,1%), 44 mujeres bajo AI (13,2%) y 3 mujeres bajo LA (6,3%). El 51,9% de las mujeres sometidas a TEA requirieron hospitalización y el 19,2% fallecieron.

No surgió ninguna asociación significativa con la infección por SARS-CoV-2, la hospitalización o la muerte entre todas las pacientes con HDC que recibieron AET. Sin embargo, la infección por SARS-CoV-2 fue significativamente menor en las mujeres de edad ≥50 años. Considerando por separado las tres categorías de AET, sólo los pacientes bajo SERMs tenían una menor prevalencia de SARS-CoV-2 en comparación con los pacientes que no recibían ningún AET. La positividad del SARS-CoV-2 fue significativamente mayor en los pacientes que recibían IAs que en los que recibían SERMs.

En conjunto, nuestros datos indican que las pacientes con cáncer tienen un mayor riesgo de infección por SARS-CoV y desarrollan formas más graves de COVID-19, en consonancia con los hallazgos recientes.

Además, la ablación de estrógenos en estas pacientes redujo la prevalencia de COVID-19. Por lo tanto, el uso de SERMs en el tratamiento de pacientes con COVID-19 puede representar una posibilidad. Estos datos deben ser validados en una cohorte más amplia y corregidos a múltiples variables. Además, se requieren estudios moleculares para dilucidar las bases moleculares del efecto protector observado en las mujeres bajo tratamiento con SERM.

El estudio fue aprobado por el Comité de Bioética de la Región del Véneto (protocolo nº 245343/2020).

“El resultado que hemos obtenido, comenta Montopoli, aunque requiere un mayor tamaño de la muestra y más estudios moleculares para arrojar luz sobre el mecanismo y el efecto protector observado en las mujeres tratadas con SERM, identifica una nueva y posible forma de prevenir o mitigar los efectos del virus”.